LA LEY DEL PÉNDULO
Resulta
interesante tener un reloj de pared en casa, no sólo para saber las horas sino
también para reflexionar un poco.
Sin
el péndulo el reloj no funciona; el movimiento del péndulo es profundamente
significativo.
En
los antiguos tiempos el dogma de la evolución no existía; entonces, los sabios
entendían lo de que los procesos históricos se desenvuelven siempre de acuerdo
con la Ley del Péndulo.
Todo
fluye y refluye, sube y baja, crece y decrece, va y viene de acuerdo con esta
Ley maravillosa.
Nada
tiene de extraño que todo oscile, que todo esté sometido al vaivén del tiempo,
que todo evolucione e involucione.
En
un extremo del péndulo está la alegría, en el otro el dolor; todas nuestras
emociones, pensamientos, anhelos, deseos, oscilan de acuerdo con la Ley del
Péndulo.
Esperanza
y desesperación, pesimismo y optimismo, pasión y dolor, triunfo y fracaso,
ganancia y pérdida, corresponden ciertamente a los dos extremos del movimiento
pendular.
Surgió
Egipto con todo su poderío y señorío a orillas del río sagrado, mas cuando el
péndulo se fue al otro lado, cuando se levantó por el extremo opuesto cayó el
país de los faraones y se levantó Jerusalem, la ciudad querida de los Profetas.
Cayó
Israel cuando el péndulo cambió de posición y surgió en el otro extremo el
Imperio Romano.
El
movimiento pendular levanta y hunde Imperios, hace surgir poderosas
Civilizaciones y luego las destruye, etc.
Podemos
colocar en el extremo derecho del péndulo las diversas escuelas
seudo-esotéricas y seudo-ocultistas, religiones y sectas.
Podemos
colocar en el extremo izquierdo del movimiento pendular a todas las escuelas de
tipo materialista, Marxista, ateísta, escepticista, etc. Antítesis del
movimiento pendular, cambiantes, sujetas a permutación incesante.
El
fanático religioso, debido a cualquier acontecimiento insólito o decepción,
puede irse al otro extremo del péndulo, convertirse en ateísta, materialista,
escéptico.
El
fanático materialista, ateísta, debido a cualquier hecho inusitado, tal vez un
acontecimiento metafísico trascendental, un momento de terror indecible, puede
llevarle al extremo opuesto del movimiento pendular y convertirle en un
reaccionario religioso insoportable.
Ejemplos:
Un sacerdote vencido en una polémica por un Esoterista, desesperado se tornó
incrédulo y materialista.
Conocimos
el caso de una dama ateísta e incrédula que debido a un hecho metafísico
concluyente y definitivo, se convirtió en una exponente magnífica del
esoterismo práctico.
En
nombre de la verdad, debemos declarar que el ateísta materialista verdadero y
absoluto, es una farsa, no existe.
Ante
la proximidad de una muerte inevitable, ante un instante de indecible terror,
los enemigos de lo eterno, los materialistas e incrédulos, pasan
instantáneamente al otro extremo del péndulo y resultan orando, llorando y
clamando con fe infinita y enorme devoción.
El
mismo Carlos Marx, autor del Materialismo Dialéctico, fue un fanático religioso
judío, y después de su muerte, le rindieron pompas fúnebres de gran rabino.
Carlos
Marx, elaboró su Dialéctica Materialista con un sólo propósito: "CREAR UN
ARMA PARA DESTRUIR A TODAS LAS RELIGIONES DEL MUNDO POR MEDIO DEL
ESCEPTICISMO".
Es
el caso típico de los celos religiosos llevados al extremo; en modo alguno
podría aceptar Marx la existencia de otras religiones y prefirió destruirlas
mediante su Dialéctica.
Carlos
Marx cumplió uno de los Protocolos de Sión que dice textualmente: "No
importa que llenemos el mundo de materialismo y de repugnante ateísmo, el día
en que nosotros triunfemos, enseñaremos la religión de Moisés debidamente
codificada y en forma dialéctica, y no permitiremos en el mundo ninguna otra
religión".
Muy
interesante resulta que en la Unión Soviética las religiones sean perseguidas y
al pueblo se le enseñe dialéctica materialista, mientras en las sinagogas se
estudia el Talmud, la Biblia y la religión, y trabajan libremente sin problema
alguno.
Los
amos del gobierno Ruso son fanáticos religiosos de la Ley de Moisés, mas ellos
envenenan al pueblo con la farsa esa del Materialismo Dialéctico.
Jamás
nos pronunciaríamos contra el pueblo de Israel; sólo estamos declarando contra
cierta élite de doble juego que, persiguiendo fines inconfesables, envenena al
pueblo con Dialéctica Materialista, mientras en secreto practica la religión de
Moisés.
Materialismo
y espiritualismo, con toda su secuela de teorías, prejuicios y pre-conceptos de
toda especie, se procesan en la mente de acuerdo con la Ley del Péndulo y
cambian de moda de acuerdo con los tiempos y las costumbres.
Espíritu
y materia son dos conceptos muy discutibles y espinosos que nadie entiende.
Nada
sabe la mente sobre el espíritu, nada sabe sobre la materia.
Un
concepto no es más que eso, un concepto. La realidad no es un concepto aunque
la mente puede forjarse muchos conceptos sobre la realidad.
El
espíritu es el espíritu (El Ser), y sólo a sí mismo puede conocerse.
Escrito
está: "EL SER ES EL SER Y LA RAZÓN DE SER ES EL MISMO SER".
Los
fanáticos del Dios materia, los científicos del Materialismo Dialéctico son
empíricos y absurdos en un ciento por ciento. Hablan sobre materia con una
auto-suficiencia deslumbrante y estúpida, cuando en realidad nada saben sobre
la misma.
¿Qué
es materia? ¿Cuál de estos tontos científicos lo sabe? La tan cacareada materia
es también un concepto demasiado discutible y bastante espinoso.
¿Cuál
es la materia?, ¿El algodón?, ¿El hierro?, ¿La carne?, ¿El almidón?, ¿Una
piedra?, ¿El cobre?, ¿Una nube o qué? Decir que todo es materia seria tan
empírico y absurdo como asegurar que todo el organismo humano es un hígado, o
un corazón o un riñón. Obviamente una cosa es una cosa y otra cosa es otra
cosa, cada órgano es diferente y cada sustancia es distinta. Entonces, ¿cuál de
todas estas substancias es la tan cacareada materia?
Con
los conceptos del péndulo juega mucha gente, pero en realidad los conceptos no
son la realidad.
La
mente solamente conoce formas ilusorias de la naturaleza, pero nada sabe sobre
la verdad contenida en tales formas.
Las
teorías pasan de moda con el tiempo y con los años, y lo que uno aprendió en la
escuela resulta que después ya no sirve; conclusión: nadie sabe nada.
Los
conceptos de la extrema derecha o de la extrema izquierda del péndulo pasan
como las modas de las mujeres, todos esos son procesos de la mente, cosas que
suceden en la superficie del entendimiento, tonterías, vanidades del intelecto.
A
cualquier disciplina psicológica se le opone otra disciplina, a cualquier
proceso psicológico lógicamente estructurado, se le opone otro semejante, ¿y
después de todo, qué?
Lo
real, la verdad, es lo que nos interesa; más esto no es cuestión del péndulo,
no se encuentra entre el vaivén de las teorías y creencias.
La
verdad es lo desconocido de instante en instante, de momento en momento.
La
verdad está en el centro del péndulo, no en la extrema derecha y tampoco en la
extrema izquierda.
Cuando
a Jesús le preguntaron: ¿Qué es la verdad?, guardó un profundo silencio. Y
cuando al Budha le hicieron la misma pregunta, dio la espalda y se retiró.
La
verdad no es cuestión de opiniones, ni de teorías, ni de prejuicios de extrema
derecha o de extrema izquierda.
El
concepto que la mente puede forjarse sobre la verdad, jamás es la verdad.
La
idea que el entendimiento tenga sobre la verdad, nunca es la verdad.
La
opinión que tengamos sobre la verdad, por muy respetable que aquélla sea, en
modo alguno es la verdad.
Ni
las corrientes espiritualistas ni sus oponentes materialistas, pueden
conducirnos jamás a la verdad.
La
verdad es algo que debe ser experimentado en forma directa, como cuando uno
mete el dedo en el fuego y se quema, o como cuando uno traga agua y se ahoga.
El
centro del péndulo está dentro de nosotros mismos, y es allí donde debemos
descubrir y experimentar en forma directa lo real, la verdad.
Necesitamos
auto-explorarnos directamente para auto-descubrirnos y conocernos profundamente
a sí mismos.
La
experiencia de la verdad sólo adviene cuando hemos eliminado los elementos
indeseables que en su conjunto constituyen el mi mismo.
Sólo
eliminando el error viene la verdad. Sólo desintegrando el "Yo
mismo", mis errores, mis prejuicios y temores, mis pasiones y deseos,
creencias y fornicaciones, encastillamientos intelectuales y auto-suficiencias
de toda especie, adviene a nosotros la experiencia de lo real.
La
verdad nada tiene que ver con lo que se haya dicho o dejado de decir, con lo
que se haya escrito o dejado de escribir, ella solamente adviene a nosotros
cuando el "mí mismo" ha muerto.
La
mente no puede buscar la verdad porque no la conoce. La mente no puede
reconocer la verdad porque jamás la ha conocido. La verdad adviene a nosotros
en forma espontánea cuando hemos eliminado todos los elementos indeseables que
constituyen el "mi mismo", el "yo mismo".
En
tanto la conciencia continúe embotellada entre el yo mismo, no podrá
experimentar eso que es lo real, eso que está más allá del cuerpo, de los
afectos y de la mente, eso que es la verdad.
Cuando
el mi mismo queda reducido a polvareda cósmica, la conciencia se libera para
despertar definitivamente y experimentar en forma directa la verdad.
Con
justa razón dijo el Gran Kabir Jesús: "CONOCED LA VERDAD Y ELLA OS HARÁ
LIBRES".
¿De
qué sirve al hombre conocer cincuenta mil teorías si jamás ha experimentado la
Verdad?
El
sistema intelectual de cualquier hombre es muy respetable, mas a cualquier
sistema se le opone otro y ni uno ni otro es la verdad.
Más
vale auto-explorarnos para auto-conocernos y experimentar un día en forma
directa, lo real, la VERDAD.
Samael Aun Weor
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